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El lugar es una cuenca hídrica con un
valle empinado que atraviesa el predio de un extremo al otro. Para que no se
transforme en un cañadón, cada terreno retiene las lluvias al conservar la
esponja natural del suelo sin desmontar. Sin riegos innecesarios, se evita
la saturación del suelo y la salida del agua hacia el camino. Durante
cientos de años se desarrollaron bosques nativos con diversos arbustos y
árboles chañares (Geoffroea decorticans) y aprovechando
los cursos de agua cuando llueve, se establecieron más de 600 pequeñas
represas con plantas exóticas. Se eligieron especies de hoja perenne
tolerantes a la sequía para aprovechar las lluvias de otoño/invierno y
resistir la fuerte evaporación en primavera/verano. Cada uno o dos árboles
se colocaron plásticos adecuados que retienen el agua en la zona de las
raíces y retardan su escape a la atmósfera. Se producen otros fenómenos
físicos que los ayudan a tolerar el clima hostil. Se han realizado varios estudios que demuestran la efectividad
del método utilizado.
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